Las náuseas producen una situación de malestar en la parte superior del estómago, y provoca una sensación desagradable en la garganta. En muchas ocasiones, puede dar lugar a la salida del alimento por la boca.

Las náuseas y los vómitos son habituales efectos secundarios de los tratamientos oncológicos, pero suelen ser temporales. No te agobies si en el periodo más intenso no eres capaz de comer. Respira lenta y profundamente. Espera a que el periodo más intenso de náuseas disminuya. 

Intenta mantenerte bien hidratado, especialmente si aparecen los vómitos. Las bebidas gaseosas te ayudarán a aliviar las náuseas. Cuando te encuentres mejor, intenta comer alimentos secos y fríos como palitos de pan, galletas de jengibre, ensalada de pasta o bikinis. Aunque el caldo es un plato que suele apetecer, también es más fácil vomitarlo. Así que intenta dar pequeños sorbos a lo largo del día. Los días con mayor malestar intenta elegir cocciones más ligeras tipo vapor, hervidos o plancha. No es importante cuánto comas en un momento del día, si no cuánto consigas comer a lo largo del día. No te agobies. Intenta comer a lo largo del día sin tener en cuenta las horas de las comidas.